Te esperé despierta
en tu cama,
te esperé desnuda
en la ventana.
Y creí que me había
armado de valor,
pero en realidad
solo me había armado
las piezas de esta cabeza loca.
-Loca por romper cabezas,
romper con todo
y quedarse desamueblada.-
Al final,
me tuve que marchar.
No sin antes darle una patada
a tu reloj despertador.
No soy violenta, pero...
ya sabes,
se la tenía jurada.
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