lunes, 1 de junio de 2009

Inevitable


Tus ojos empalagosos
me cansan y a la vez
me enganchan.
Cosí mi alma
a tu sombra
nostálgica del
País de Nunca Jamás.
Y sucedió lo inevitable.
Se escapó por la ventana
desgarrando las costuras
que nos unían.
Si lo pienso tranquilamente,
no somos tan diferentes;
pues yo hilvano mis heridas
con mentiras
y tú esperas que el alcohol
aniquile tu dolor.

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