mucho más que tus sonrisas ensayadas
o el tiempo que dedicas a calcular
los centímetros de pecho que estás
dispuesta a mostrar para ganar más likes.
Me inquietan los filtros de tus selfies
casi tanto como las frases de autoayuda
que compartes con el dedo flojo
en cada clímax de tus berrinches
virtual-victimistas.
Quiero enviarte una cuchilla de afeitar
como regalo de amigo invisible,
una cuchilla nuevecita
y dos palabras de autoayuda:
tú puedes.
Fotografía de Jan Saudek
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