domingo, 9 de marzo de 2014

Es la hora

Escultura de Sam Jinks


Llegó el momento.

Sentadas
una frente a la otra
con los dardos sobre las piernas
tanteamos el aire
para no fallar.
Para,
no.

Envueltas
por una nube indivisible
escupimos sustancias tóxicas.

La piel se cae
lentamente.

Beware

En mi boca habita la innombrable, 
la temible criatura
que te arrebataría
el aliento
si tuviese la oportunidad,

que te arrancaría el sexo
egoísta y premeditadamente,

a ella no le importa la
dulzura de tus ojos mentirosos,
y sabe lo de las voces que oyes
en la oscuridad,

pero ella piensa con 
las vísceras y no conoce
la luz, y no conoce
el amor, y no se rige
si quiera por la inmoralidad
que tanto promulgas.



Perros

Hace días que me siguen los perros. Les oigo hablar en clave y olfatear mis huellas. El pequeño acecha en las esquinas, el más franco me apunta desde la ventana. Los perros, me siguen a todas horas. Les oigo apostar sobre los días que me quedan. Y se ríen con el pecho hinchado. A la huérfana apátrida se le acaban las historias.



Ilustración de Ryan Andrews