viernes, 23 de octubre de 2009

Al otro lado


Alrededor de catorce
tendría
cuando me llamaste
para escuchar mi voz
mientras te tocabas.
No dijiste nada,
tampoco hacía falta,
te oía, te intuía...
Lo sabía, y no colgué.
Tampoco dije nada;
a ti, te bastaba saber
que yo estaba
al otro lado...
Después de aquello
hiciste como si nada,
pensando que yo
jamás te descubriría.
Guardé el secreto
y te borré.
-Así de fácil, ya ves.-
Hoy
he vuelto a saber de ti
y me alegro
de que también escribas.

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