sábado, 6 de marzo de 2010

El boxeador sin guantes











Te estamparé la cara
con mis besos si hace falta.
Te sostendré
para que no decaigas,
para que entiendas que las piedras
que entorpecen tu camino han de servirte
para alzar un fuerte,
para construir y no para herir(te).
Que se emborrachen
tus bolígrafos si quieren
pero deja que me embriague
con la tinta de tus versos.
Porque hay palabras
que atraviesan como balas
o se clavan en el alma
como agujas de coser.
El mundo, la vida
y todas esas mierdas
son como son
y no van a cambiar,
son como son
y lo único que importa
es el cristal por el que miras.
Desempaña tu cristal
y no te rindas.

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