Temblando, ya no sé si de miedo o de frío,
me senté a su lado.
Callados, contemplamos el vaivén
de las pelusas de aquel sitio
al que llamaba tristemente "su hogar"...
Horrible; me pareció horrible,
daba igual ser invisible...
Cuando solo quedan escombros,
no queda otra,
solo echarse la vida
a los hombros.
...
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