Ilustración de Kazuhiro Hori
Entre pinchazos
de un dolor que aúlla
y las agudas vocecillas de los
niños del San Ildefonso
me refugio bajo un edredón
fortaleza, sí, nunca
una fortaleza tan eficaz
fue tan blanda.
Posición fetal y leves
quemaduras en la piel.
Tengo el vientre en llamas
y el corazón me gotea.
Algún día serás madre,
me susurran mis entrañas.
Horror vacui.
Algún día
seré fortaleza.
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