sábado, 3 de mayo de 2014

Agitar antes de usar

La indiferencia es el peor de los castigos,
por eso he de morderte siempre los párpados
y susurrarte palabras inventadas
mientras duermes, 
palabras que codifican la musicalidad 
de la ternura que generas
en mis pupilas.

Y cuando la histeria colectiva 
de los pájaros cosmopolitas
resuena en tu ventana y
 abres los ojos sin verme
no tengo más opción que
destensar las cuerdas
de esta torpe mandolina ahogada
que ordena mis sentimientos.

La luna 
no nos ve
tras los cristales empañados.

.






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