Ilustración de W. Scott Forbes
La naranja te llena la boca
y no me escuchas.
Salpicas reproches cítricos,
ácidos a más no poder.
Vamos a perder la cabeza, vamos.
Si separas así los gajos se te ensuciarán las manos
y todo el mundo sabrá que fuiste tú.
Mi pequeño activo agresivo,
noli me tangere.
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