domingo, 15 de septiembre de 2013

Fugaz



Fotografía de Rosa Fernández García


Tienes las manos como luces de neón
y esta es la última vez
que voy a destrozarte.

Las campanas no han parado de sonar

y puedo ver cómo te crujes los dedos.
Pero yo soy más fuerte
y he pasado por setenta funerales
sin decir adiós.

Me pesa la apatía de los días

que se acercan,
el rechazo de los animales.
Nuestra vida es un eterno dejavu
y tú cada vez estás más cerca
de la ficción.

Fíjate,

se me caen los ojos
de avistar sueños fugaces.

Somos todo fachada,

por eso nos encantan los tejados.
Por eso nos encantan los teclados
y no dejamos a los vecinos en paz
con tanto ruido digital.

Voy a vengarme de los días de perros

con orejas de gato.

Tengo un saco de castañas

recién sacadas del fuego
de quienes vienen
a decirme
que no hace más que llover,
como si eso 
fuese una desgracia.

Esta es la última vez

que voy a destrozarme.
Se acabó lo de hacer de Ian Curtis
Pizarnik, Kurt Cobain o Sylvia Plath.
Voy a cantar a gritos bajo la ducha,
como hace la gente normal,
engancharme a seriesyonkis
y frecuentar clubes nocturnos.

Pero antes,

déjame que te señale con el dedo
por lanzarme dardos envenenados
y hacerme creer que era yo
y sólo yo,
la causante de todas las desgracias.

Hace tiempo que dejé de jugar al rescate

y sin embargo, vas y me salvas.

Siempre 

fuiste prescindible,
y esta, es la última vez
que voy a despedirme.

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