Fotografía de Magnus Muhr
en él, un callejón sin salida en el que una simpática rubia
te invita a tomar café. "Te vendrá bien" insiste.
Remueves y soplas, mientras accedes a embarcarte
en viajes y proyectos fantasma. Pierdes el tiempo
planeando la hipotética jugada. STOP.
Retrocede hasta el inicio.
Cruza los dedos y lanza los dados.
Avanza pasillos interminables,
idénticos y fríos, con luz de hospital.
idénticos y fríos, con luz de hospital.
357 y se abre la puerta:
"Llegas tarde, tengo que irme a trabajar"
la mujer se marcha y
te quedas a solas con un hombre
la mujer se marcha y
te quedas a solas con un hombre
vestido de verde, postrado en la cama,
con el Marca por cabeza y una cicatriz en el pecho.
"¿Duele mucho?" te atreves a preguntar.
Y el hombre abandona su lectura y se abre la cicactriz.
Te asomas con cuidado y ves el hueco. Y él
llora y te pregunta "¿qué han hecho con los restos?"
Es hora de la medicina. Se acabó el tiempo. Retrocede
tres pasillos a la derecha. Entra en la sala de los retretes parlantes.
Lejía, bilis y Listerine. Te has vuelto a perder.
¿Te das cuenta? Los pasillos se estrechan.
¿Qué esperas conseguir?
"Ya huelo el premio".
Avanza hasta la meta.
Quieta.
Quieta.
Un espejo
se planta frente a ti,
te muestra a tu oponente.
te muestra a tu oponente.