Desde el centro del estómago
REGRESIÓN
Las mariposas blancas
siempre traen buenas nuevas.
Tan buenas no serán
si te recuerdo...
Si mi cabezonería (o corazonería)
raya la obsesión.
Si sueño despierta y lloro dormida
pero luego no recuerdo lo que sueño
solo lo que siento.
La guerra existe,
y existe en el día a día
en cada uno de nosotros,
aunque aquí no nos lleguen las bombas
ni nos cubra una lluvia de balas,
aunque aquí sólo nos maten lentamente.
Lenta y constantemente.
La guerra existe señoras y señores,
no se engañen, esta mierda es buena,
es pura, es cruda (o crudo)...
La sangre es sombra,
se impone la ley del más débil de convicción,
del que sólo se preocupa de vender su imagen
con ánimo (de lucro),
con ánimo (de luto).
Se acaba el tiempo.
Y me aprieto contra ti.
Contra ti...
Sólo contra ti estoy más cerca de ti.
De nuevo, la regresión
al centro de tu estómago,
matriz de serenidad.
Único hueco de paz
en esta guerra tan viva.
martes, 28 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
SOLO LOS COBARDES SE SUICIDAN
Mi vida es un cúmulo de decisiones desacertadas.
¿Y qué más da?
Si solo nos usamos,
es un hecho.
Y el que diga lo contrario
miente.
Y el que piense lo contrario
que se atreva a levantar
la primera piedra.
Este mundo
está lleno de cobardes.
Como tú
y como yo.
Solo somos
el relleno de un pastel
pasado de fecha.
Pequeñas larvas retorcidas,
como nuestras mentes.
Ahora no, no te atrevas a decirlo,
no te atrevas a decir que lo sientes.
Tú y yo
nunca fuimos valientes.
martes, 21 de septiembre de 2010
En vivo
viernes, 17 de septiembre de 2010
Tropezar
El ser humano es el único animal
que tropieza dos veces con la misma piedra.
Te propongo tropezarnos una y otra vez
hasta acabar con las rodillas en carne viva.
Más claro: agua. Me dices.
Pero enturbio mis ojos al aclararme.
Sigo queriendo tropezarme contigo.
Sigo queriendo destrozarme contigo.
Sigo queriendo...
Sigo queriendo un mundo.
Sigo queriendo un mundo contigo.
Sigo queriendo un mundo contiguo.
Por eso pego patadas descalza
contra la piedra, contra la arena
o contra lo que haga falta.
Pego patadas a la nada,
a la nada cotidiana*
y me retuerzo de dolor
y me disuelvo como azucar
en sudor. En sudor que resbala
por tu frente mientras te acuestas
con ella.
que tropieza dos veces con la misma piedra.
Te propongo tropezarnos una y otra vez
hasta acabar con las rodillas en carne viva.
Más claro: agua. Me dices.
Pero enturbio mis ojos al aclararme.
Sigo queriendo tropezarme contigo.
Sigo queriendo destrozarme contigo.
Sigo queriendo...
Sigo queriendo un mundo.
Sigo queriendo un mundo contigo.
Sigo queriendo un mundo contiguo.
Por eso pego patadas descalza
contra la piedra, contra la arena
o contra lo que haga falta.
Pego patadas a la nada,
a la nada cotidiana*
y me retuerzo de dolor
y me disuelvo como azucar
en sudor. En sudor que resbala
por tu frente mientras te acuestas
con ella.
sábado, 4 de septiembre de 2010
Cuerpo sólido celeste
La chica del espejo
no me devuelve las muecas.
Abrí tanto la boca que se me partió
por cuatro partes y ahora ella
me mira con ojos inciertos...
Por un lado envidia mi transparencia
por otro, no hace más que pensar en la luna
que ayer brilló difuminada.
Me recrimina que jamás de los jamases
tuvo gusanos de seda y se lamenta
de haber partido termómetros
para sacarles las gotitas de mercurio.
Mercurio, Venus, Marte, Júpiter,
Urano, Saturno, Plutón...
No, Plutón ya no.
Putón.
no me devuelve las muecas.
Abrí tanto la boca que se me partió
por cuatro partes y ahora ella
me mira con ojos inciertos...
Por un lado envidia mi transparencia
por otro, no hace más que pensar en la luna
que ayer brilló difuminada.
Me recrimina que jamás de los jamases
tuvo gusanos de seda y se lamenta
de haber partido termómetros
para sacarles las gotitas de mercurio.
Mercurio, Venus, Marte, Júpiter,
Urano, Saturno, Plutón...
No, Plutón ya no.
Putón.
Soneta hialoidea
Complicaciones las justas dije yo
y acto seguido puso los papeles
encima de mi mesa era miércoles
el cielo era azul y el sol amarillo,
de pronto oímos voces en el pasillo
supuse que era el foco de mis males
el que aplasta a los pobres caracoles
del parque, venía a por mi, a cuchillo.
El brillo de sus ojos delataba
sus ganas de tenerme abierta en canal,
de sacarme las entrañas, distaba
ya bastante de mi miedo irracional
por los cuchillos, pero aún temblaba
por el abrecartas, no era personal.
y acto seguido puso los papeles
encima de mi mesa era miércoles
el cielo era azul y el sol amarillo,
de pronto oímos voces en el pasillo
supuse que era el foco de mis males
el que aplasta a los pobres caracoles
del parque, venía a por mi, a cuchillo.
El brillo de sus ojos delataba
sus ganas de tenerme abierta en canal,
de sacarme las entrañas, distaba
ya bastante de mi miedo irracional
por los cuchillos, pero aún temblaba
por el abrecartas, no era personal.
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