Erupciona el volcán
y las palabras abrasan
y petrifican todo a su paso.
El miedo al descontrol te paraliza,
las excusas se apelotonan en la punta de la lengua.
-Comienza el duelo de errores.-
"Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa..."
Demasiado tarde
para todo(s).
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