Ilustración de Keith P Rein
Si te pido que me abraces
apriétame hasta que sientas
el aire de mis pulmones,
me duelen las pestañas
de guardar la compostura.
Y hace tiempo que no distingo
una caricia de un pellizco
o una bofetada,
que no encuentro diferencia
en que me frotes el sexo
o me lamas la cara.
Que me haces ser
como crees que soy
pese a mis resistencias.
De un tiempo a esta parte
no vamos a la cama
sin los zapatos puestos,
para salir corriendo
cuando sea necesario.
.
Y hace tiempo que no distingo
una caricia de un pellizco
o una bofetada,
que no encuentro diferencia
en que me frotes el sexo
o me lamas la cara.
Que me haces ser
como crees que soy
pese a mis resistencias.
De un tiempo a esta parte
no vamos a la cama
sin los zapatos puestos,
para salir corriendo
cuando sea necesario.
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