¡A la cabeza imbéciles!
Mis dóciles criaturas alienadas.
No os traeré la paz
ni el amor, ni la armonía,
os traigo los párpados cerrados
la lluvia seca, las alas abatidas.
Seguidme y os perderéis
porque no soy el camino,
no os quiero conmigo
soy el enemigo.
Fuerte
como un ejército de cincuenta hombres
de arena y sulfato de manzana.
Adán crió serpientes en el paraíso.
Yo he aceptado el compromiso
torturar con los placeres de la carne,
ya no hay vuelta atrás.
Eva se cansó de parir a gilipollas.
Los desterrados
cavan tumbas con nostalgia Edénica.
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