Lily se tira horas y horas frente al espejo, no es fácil conseguir un look tan underground, selecciona cuidadosamente sus piercings, recoge ciertos mechones de pelo anaranjado y ensaya a conciencia la expresión de malas pulgas. Más tarde, a solas en el baño del garito, a Lily se le corre el rimmel al rompérsele las medias.
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