Este estómago parece un colador.
Las úlceras se agrandan
por los agravios.
Mi abuela llora la pérdida
bajo una bombilla fundida.
Él sube a un avión y desaparece
sin más,
hace más notable su ausencia.
Mientras ella sigue en pie
aunque le duelan las rodillas.
Sabe bien lo que ha de hacer.
Pero una sombra lamía mi existencia
mucho antes que las luces del quirófano.
En la terrible oscuridad de los reproches
sueño, sueño, sueño
que me crecen filas de dientes
en el paladar.
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