Cuando eres pequeña
y juegas a mamás y a papás
no te imaginas
que la vida pudiera ser de otra manera,
mamá, papá, bebé,
casa, perro, gato...
Cuando eres mayor
y la idea de tener un bebé
te da pavor y no tienes casa,
ni perro, ni gato,
ni eres capaz de hacer
que sobreviva un cactus,
descubres que la vida
ya era de otra manera
antes de jugar a mamás y a papás,
que te faltó incluir amantes, abortos
y moratones...
Entonces, comprendes.
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