Se me ha formado en el pecho
una corteza
óscura y áspera
con pequeños contrastes claros
superpuesta
llena de huecos
en los que se cuelan las hormigas.
Tan frágil en su rigidez...
Cada mañana al despertarme
desnudo mi torso
con los ojos cerrados
esperando que al abrirlos
todo vuelva a ser como antes
y cada mañana
descubro que ahí sigue.
Reviso sus pliegues
repaso con mis dedos
los dibujos que forma
en su composición
caminos hacia la nada
Ahí sigue
y según el día
parece que se extiende.
Y según el día
parece que se disuelve.
Cuido mucho que nadie la vea
aunque empiezo a acostumbrarme
a su olor a musgo y tierra mojada
A veces se me clava
en lo profundo
y tengo que seguir
como si nada
ocultar el dolor
que las pieles ajenas
no comprenderían.
Cada mañana al despertarme
desnudo mi torso
con los ojos cerrados
esperando que al abrirlos
todo vuelva a ser como antes.